lunes, 22 de octubre de 2007

Tiene gracia, vas allí, a comprar los limones frescos que, desde luego, te manda comprar tu abuela, y te vas con medio kilo de ellos. Pero, ¿qué tendrán estos tomates? Sobre todo, cuando te los colocan justo al lado de las castañas, que por supuesto ¡tampoco puedes dejar de mirar! Pues ala, medio kilo de castañas también. Si ya sabía yo que ir a las 12:30 de medio día era mala idea. Pero, en fín, es la hora en la que tu abuela empieza a recordar todo lo que le falta para cocinar ese plato que nos gusta tan poco.

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